Por Pascual Serrano
Si a la hora más imprevista
llegan a tu casa dos policías encapuchados para detenerte porque eres un
fotógrafo de prensa que te dedicas a hacer fotos en las manifestaciones, es que
no vives en una democracia. Eso es lo que sucedió el 22 de mayo en Madrid con
los periodistas Raúl Capín y Adolfo Luján. El primero de ellos, colaborador
habitual de Mundo Obrero, fue acusado de un delito de atentado contra agentes
de la autoridad en las protestas del pasado 23 de febrero y el asedio al
congreso del 25 de abril. La acusación contra de Adolfo Luján es de calumnias
contra los órganos públicos, en concreto por "divulgar en redes sociales e
Internet que los policías de paisano lanzan objetos y provocan actos
violentos" para justificar las cargas policiales y detenciones.
Su detención no solo muestra la
represión de las autoridades españolas y su desesperación ante la difusión de
documentos que muestran la violencia contra manifestantes. Ha servido para
dejar en evidencia el papel de los grandes medios de comunicación, esos que
tanto esgrimen la libertad de expresión cuando se trata de Venezuela o de Cuba.
El primer detalle es que el procedimiento se inicia a partir de la publicación
en medios de comunicación de acusaciones contra estos periodistas durante las
movilizaciones y protestas contra el gobierno español. Capín apareció señalado
en varias ocasiones en informaciones de los diarios ABC, El Mundo y La Razón.
El pasado 17 de abril, el primero de ellos publicaba tres imágenes del
fotoperiodista con el rostro pixelado en una información titulada “La Policía
investiga a radicales que se infiltran en protestas como fotógrafos”.
El texto
señalaba que los supuestos “fotoperiodistas infiltrados” “golpean a agentes,
los insultan y se enfrentan a los verdaderos fotógrafos”. Días antes, las
portadas de El Mundo y La Razón identificaban a Capín en un escrache como
manifestante. Sin embargo, un vídeo del colectivo Tomalatele difundido tras la
detención mostró cómo un agente le quitaba el brazalete que le identifica como
reportero gráfico.
La detención fue clamorosamente
ignorada en los medios comerciales. Preguntada desde twitter, la presentadora
del programa de LaSexta Más vale tarde que nunca y vicepresidenta de la
Federación Española de Asociaciones de Periodistas (FAPE), Mamen Mendizabal,
respondió por esa misma vía “íbamos a contarlo cuando ha llegado el atentado de
Londres” .
Parece que no se le pudo encontrar espacio en un magazín que dura
120 minutos. La explicación de la periodista al día siguiente fue todavía más
surrealista: “ha sido una decisión tomada por lo que nos ha dicho la federación
española de periodistas”. No se comprende que esa asociación decida los
contenidos de una televisión privada, ni que ella hable de la asociación en
tercera persona siendo la vicepresidenta. En cualquier caso, efectivamente,
esta federación, cuya línea siempre respondió al establishment de la profesión
y al empresariado, no hizo en ningún momento ninguna declaración ni protesta
sobre el asunto. Mientras desde los movimientos sociales y el periodismo
alternativo se levantaban voces de indignación, la FAPE se dedicaba en esas
fechas a emitir una nota de prensa criticando a los grupos políticos que no
apoyaban las subvenciones a la prensa (1) .
Curiosa fue también la reacción
de la estrella periodística Ana Pastor. Tan informada y preocupada ella por los
medios ecuatorianos cuando entrevista a Rafael Correa, aparece en twitter
preguntando “Alguien me puede informar de cuáles son los cargos contra los
fotoperiodistas y cuáles son las pruebas?” Pero qué periodismo es ese en el que
la periodista de la CNN sale a la corrala de la red a ver si alguien le cuenta
algo. Deberá preguntar a la policía, a la delegación del gobierno, a los
abogados de los detenidos... A no ser que sólo quiera dar la apariencia de que
se interesa. Apariencia solo, porque ya nunca volvió a hacer referencia a las
detenciones.
Mientras tanto, los medios
alternativos (Rebelión.org, Diagonal, Mundo Obrero...), medios cooperativos
como Eldiario.es y La Marea, el Sindicato de Periodistas (2), compañeros de
profesión (3) y miles de ciudadanos a través de las redes sociales denunciaron el
atentado a la libertad de expresión. Lo sucedido con Raúl Capín y Adolfo Luján
muestra dos cosas: que la libertad de expresión es una cosa y lo que dicen
defender grandes medios y algunas asociaciones de periodistas es otra, y que la
aparición de un verdadero periodismo no neutral, que se compromete con las
luchas de los ciudadanos y denuncia la represión, preocupa cada vez más a los
gobiernos neoliberales.
Notas:
(1) “La FAPE critica el comportamiento de los grupos que impidieron la aprobación de medidas contra la crisis de la prensa". 29-5-2013. http://www.fape.es/la-fape-critica-el-comportamiento-de-los-grupos-que-impidieron-la-aprobacion-de-medidas-contra-la-c-818825081464.htm
(2) La FeSP y el SPM exigen la inmediata libertad de dos fotoperiodistas. 22-5-2013
(3)
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