La Habana, 10 de octubre de 2016
Vicentita,
Amiga,
ya conoces que hace apenas unos días el terrible huracán Matthew se
ensañó con el extremo oriental de la isla de Cuba.
Se
acercó lentamente a la zona oeste. En un engañoso comportamiento
meteorológico, tuvo, lo que los expertos llaman, un comportamiento
errático, variando su orientación y fuerza de las lluvias y
vientos, hasta que ya caída la noche, el pasado 5 de Octubre entró
por un lugar llamado Punta Caleta y arrasó a su pasó por los
municipios de Imías, Maisí y la ciudad de Baracoa.
No
hubo pérdidas humanas. La población y el gobierno aunaron esfuerzos
para que nadie quedara desamparado. Fueron evacuadas 227.598
personas. De ellas 182.281 en casas de familia y 45.508 en centros de
recepción habilitados con alimentación, agua potable, dormitorios y
atención sanitaria.
Digo
sólo en Guantánamo porque se tomaron medidas de protección de
personas, de bienes personales y estatales en Santiago de Cuba,
Holguín, Victoria de las Tunas, Camaguey y en el hermoso cayerío de
los Jardines del Rey, al norte de la zona central del país.
Los
medios de comunicación radial, escrito y televisivos trabajaron
antes, durante y después del paso del huracán para difundir las
medidas de seguridad epidemiológica a fin de que la población
tuviera una percepción objetiva de lo que se les venía encima y con
posterioridad al paso, paulatinamente se informó de los daños y
medidas de recuperación.
Matthew
entró a Cuba con una artillería combinada de alto calibre
meteorológico. Intensas lluvias, fuertes vientos, desbordamientos de
los ríos, elevación y entrada del mar a las zonas costeras con olas
que alcanzaron hasta 10 metros de altura, lo que destruyó puentes,
torres y medios de telecomunicaciones, fibra óptica, tendidos
eléctricos y cerca del 90% del fondo habitacional de la zona
afectada.
Mucha
gente, al amanecer, fue a sus lugares de viviendas y se encontraron
con las calles destrozadas, sin luz, sin comunicación de ningún
tipo y con la mayor parte de las viviendas parcial o completamente
destruidas, en particular en Baracoa, las imágenes son dantescas.
No
obstante debo decir sinceramente que desde los primeros reportes
divulgados, por la colaboración de radios aficionados, vía
telefonía celular y algo por Internet, se sintió en efecto el dolor
y la tristeza que estaban sufriendo por el panorama de destrucción,
a la vez que ellos, los más afectados, aseguraron de que tenían la
certeza de que no quedarían olvidados, ni desamparados y agradecían
por estar vivos.
Casi
de inmediato se pusieron en acción múltiples acciones de la llamada
fase recuperativa y a las 12 horas siguientes, por vía área, se
comenzó a acercar a las zonas incomunicadas un huracán de igual
magnitud pleno de solidaridad visible en la movilización de
personal técnico especializado con la función de, primero,
restablecer las vías de acceso y comunicación, y con posterioridad
proveer los suministros necesarios para la recuperación.
El
Jefe de Estado, Raúl Castro, quien a su vez es el Jefe de la Defensa
Civil, visitó las zonas más afectadas con la intención evidente de
asegurar a la población la protección y apoyo del estado y
reconfortar, en mi opinión, lo más importante que no se puede
perder en momentos tan duros, el espíritu de lucha.
Al
margen de lo que se ha avanzado en todos los aspectos de la vida de
estos poblados, se ha elevado la producción y envío de materiales
de construcción subvencionados total o parcialmente por el gobierno
para la reconstrucción de las viviendas.
A
la par, paulatinamente se avanza en la recuperación de los sectores
de servicios y producción subvencionados totalmente por el gobierno.
Así
se va recuperando poco a poco lo material y se afianza la confianza
que también todo será más bello, como ya sucedió con Santiago de
Cuba cuando fue abatido por otro destructor huracán nombrado Sandy.
Y
en medios de este desastre, los cubanos comparten, no lo que les
excede, sino lo que tienen, con Haití. Antes de las 36 horas del
paso de Matthew, a ese país arribó una brigada de profesionales de
la salud expertos ante desastres, que se unen a los más de 300
médicos y enfermeras quienes prestan servicios internacionalistas
allí. Este personal viajó llevando consigo un donativo en
medicamentos y material sanitario.
Los
cubanos guardan en su memoria, por generaciones, los recuerdos de
varios temibles y cruentos huracanes que han pasado por esta Isla,
pero en especial y luctuoso recuerdo, al Huracán Flora, que justo
entró por Guantánamo en 1963. Este se mantuvo 136 horas dando
vueltas por las montañas y dejó el saldo de cerca de 2.000
fallecidos.
Conozco
esa zona oriental. Imponente por sus bosques, montañas, ríos, el
valor arquitectónico y simbólico de algunas de sus ciudades. Su
historia y la gente, ¡que gente!, para luchar y saborear la vida.
El
oriental es valiente, bailador, jaranero y como se dice aquí “echao
pa´lante”. Son gente cálida y dulzona.
Baracoa,
villa primada, fundada por Diego Velázquez, cumplió 500 años de
fundación y recién había sido restaurada para su Aniversario.
Colón, le llamó, Puerto Santo, por su imponente belleza y porque él
encontró resguardo allí, cuando creyó llegar a China, después de
desembarcar por Barien. Es una ciudad de estilo colonial recostada
entre el mar Caribe y el macizo montañoso que, en forma de yunque la
rodea.
Cuenta
con el museo antropológico más importante del país y se baña con
el mar y por los ríos Toa y Miel, que por cierto, cuenta una leyenda
popular, que el que se baña en las aguas del Miel no le faltará el
amor nunca. Vale la pena visitarla.
Las
imágenes de destrucción dejadas por el huracán son muy fuertes.
Hieren la sensibilidad de todos y nos han entristecido y justo en
estos momentos es una baracoense quien, teniendo la vista puesta en
su destruida casa, nos dice que se reconstruirá y será más bella,
porque la Revolución no abandona a nadie. Y
a mí no me cabe la menor duda. Ahí está Santiago de Cuba,
bellísima, modernamente reconstruida, después del terrible paso de
Sandy hace unos años. No todo está resuelto, pero lo logrado y la
alegría de su gente nos reafirman que gana en encanto por días.
Un
abrazo fuerte.
La
Habanera
(*)Tengo algo que contarte. Correspondencia entre dos mujeres es una relación epistolar entre una mujer de La Habana y otra de Salt (Girona). La publicación de estas cartas se realiza con el permiso de ellas mismas que han confiando en La Guerrilla Comunicacional su publicación.
Si es la primera carta que lees puede ser que te interese ver el histórico de la correspondencia:
Prólogo: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte.html
Carta 1ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-1.html
Carta 2ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-2.html
Carta 3ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-3.html
Carta 4ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-4.html
(*)Tengo algo que contarte. Correspondencia entre dos mujeres es una relación epistolar entre una mujer de La Habana y otra de Salt (Girona). La publicación de estas cartas se realiza con el permiso de ellas mismas que han confiando en La Guerrilla Comunicacional su publicación.
Si es la primera carta que lees puede ser que te interese ver el histórico de la correspondencia:
Prólogo: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte.html
Carta 1ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-1.html
Carta 2ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-2.html
Carta 3ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-3.html
Carta 4ª: http://miraicrida.blogspot.com.es/2016/09/tengo-algo-que-contarte-4.html
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