El pasado 8 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Alfabetización, establecido en esta fecha por la UNESCO desde 1966.
Cuando, en Europa, hablamos de falta de alfabetización, de analfabetismo, solemos pensar en países lejanos y pobres, sin recursos, en los cuales las familias humildes no pueden permitirse llevar a sus hijos a la escuela. Y es así, las tasas más altas de analfabetismo absoluto se encuentran en países empobrecidos.
Pero solemos olvidar que, en el estado español, la tasa de alfabetización no llega al 100% según la última encuesta de Población Activa trimestral del Instituto Nacional de Estadística publicada este mes de septiembre. A pesar de tener un sistema de educación pública desde hace décadas, y a falta de la información más rigurosa que proporciona el Censo de población que se realiza cada diez años, solamente el 98’75% de la población mayor de 16 años se supone que sabe leer y escribir. Evidentemente, de nuevo, esta lacra se ceba más en las mujeres que en los hombres. Además, las Comunidades Autónomas que encabezan la lista del analfabetismo son Ceuta y Melilla. Podemos imaginar sin esforzarnos demasiado quién recibe una educación y quién queda fuera del sistema.
Cartel
de la UNESCO en motivo del Día Internacional de la Alfabetización
en 2017. Parece suponer que la alfabetización ha de ser
necesariamente (y únicamente) digital.
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Porque, seamos sinceros. Hoy en día, ¿qué puedes hacer sin leer y sin escribir? No puedes desarrollar con normalidad tus actividades básicas diarias como mandar un whatsapp, entrar en Internet para buscar trabajo o leer las etiquetas de los productos en el supermercado para comprar de manera informada. No digamos ya, ¡firmar un contrato de alquiler o una hipoteca!
El problema, de todas formas, y a mi parecer, es mucho más profundo. Imaginemos un chico o una chica de 16 años que ha acabado la ESO. Sabe leer, escribir y realizar operaciones matemáticas básicas con calculadora, no consta en este % de población analfabeta. Pero, y hablo des de mi condición de profesora de secundaria, puede perfectamente haberse graduado sin entender un párrafo de un texto básico de historia, por ejemplo. Eso sí, probablemente pueda grabar y montar un vídeo maravilloso con su teléfono móvil.
Des
de 2006, en España hay más teléfonos móviles que habitantes.
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La alfabetización digital es la principal preocupación en las escuelas, y se presiona para introducir las nuevas tecnologías en las aulas desde el estado, desde las familias y desde las empresas que esperan que formemos a sus futuros trabajadores, pero nos olvidamos demasiado a menudo de la comprensión lectora. Leer no puede ser solamente juntar letras para crear sonidos y palabras, leer quiere decir entender, comprender y formarse una opinión. Y escribir ha de querer decir saber expresar esa opinión, en un blog, en un correo, en papel u oralmente, pero con corrección. Creemos ciudadanos libres y críticos, no trabajadores obedientes y sumisos. ¡Alfabeticemos de verdad!
Datos
del Instituto Nacional de Estadística (INE)
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Clara Castrillo
La Guerrilla Comunicacional
Fantastico el articulo.
ResponderEliminarCon vuestro permiso lo leeré en la radio.
Salud y republica