Hace muchos años, un amigo nicaragüense me dijo que toda sociedad está asentada en dos pilares fundamentales: la educación y la sanidad. Y añadía, que si una de las dos fallaba, o las dos a la vez, esa sociedad no podría avanzar hacia su desarrollo, por lo que caminaría hacia una muerte anunciada. Y creo que tenía razón.
Pero, según mi propia y humilde teoría, y por lo que se refiere a lo que el análisis marxista denomina la superestructura, todos aquellos elementos que dependen de la estructura económica o infraestructura, la sociedad se mantiene sobre tres pilares fundamentales: la educación, la sanidad y… la cultura. He realizado un sencillo diagrama que he llamado Los pilares inacabados de la sociedad*(1). Es un pequeño ejercicio que dejo al examen de cada una de vosotras, para que lo acabéis de rellenar o completar, ya que como podréis observar, entre los pilares principales existen otros secundarios, intersecciones entre los primeros, que también tienen su trascendencia. Por poner un ejemplo, yo en la intersección de educación y sanidad, identificado con el color cian, indicaría la ciencia, pero como dechado, lo dejo al análisis y debate de todas vosotras. También, a estos pilares se les puede añadir otros, es una construcción que dejo inacabada para que sirva como ejercicio de reflexión.
Diagrama "Los pilares inacabados de la sociedad" |
Bien, como decía, para mí estos son los tres pilares que habría que tener bien asentados, su fortaleza es una garantía para toda sociedad. Durante el pasado confinamiento, pudimos comprobar que, desgraciadamente, uno de ellos fue protagonista: la sanidad. Solo espero que, de una vez por todas, este episodio nos sirva para confirmar que una sanidad pública es de vital importancia para las personas. Con la sanidad no se negocia. Y todo ser humano, sin excepciones, debe tener asegurado ese derecho.
Si la sanidad es el centro de nuestra salud, la educación, es el conocimiento y la cultura es nuestra identidad. Y es en ella, la cultura, en la que reflexioné mucho durante el encierro voluntario. Observaba como la gente salía a sus balcones a aplaudir a las profesionales de la sanidad, lo entiendo y respeto. Pero, ¿Os imagináis como hubiera sido el confinamiento sin la cultura?
Mientras en esos días las profesionales de la sanidad salvaban vidas humanas, la cultura nos ha mantenido vivas a todas. Por que, además de consumir alimentos, ¿de que otra cosa nos hemos alimentado? Pues, de cultura. Quién no estaba leyendo un libro, o un cómic, estaba viendo una película, una serie, o una obra de teatro,... ¿quién no ha escuchado música?, ¿quién no ha cantado?. Si hemos soportado este encierro es por que el pilar de la cultura nos ha mantenido (y nos mantiene) vivas.
Pero para los políticos de este país, la Cultura, sigue siendo ese apartado secundario que comparte el ministerio de turno con Deportes y, entre los dos, representan un 0,3% del total de los presupuestos generales del estado. Mientras que en Francia y Portugal, por no irme muy lejos, la cultura tiene ministerio propio y sus presupuestos representan un 2,5% y un 1,8%, respectivamente. Es decir, que nuestros vecinos franceses multiplican por ocho nuestro presupuesto y los portugueses por seis. Según mi opinión, la mediocre clase política de este país falta el respeto a la cultura: un ministerio compartido, un presupuesto irrisorio y un ministro de cultura licenciado en derecho, cuando se debería tener una ministra/o escritora, música o cineasta,.. ¡alguien relacionado con la cultura!
Julio Cortázar dijo: “La cultura es el ejercicio profundo de la identidad”. Un país sin cultura es un país sin identidad. Nuestras vidas son un relato por escribir, un lienzo por plasmar, un busto por esculpir, una película con banda sonora y efectos especiales, en definitiva, una obra de arte original y solidaria con su cultura, para que las futuras generaciones perciban y entiendan algunos interrogantes esenciales como decir ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos?.
Julio Suárez
La Guerrilla Comunicacional
*(1)Diagrama de Los pilares inacabados de la sociedad. Está basado en los colores primarios de la luz, que el autor utiliza metafóricamente para establecer lo que él considera los tres pilares fundamentales de toda sociedad: la sanidad, la educación y la cultura. Lo llama inacabado ya que, el autor, prefiere que cada persona piense por sí misma y acabe de completar los otros pilares, los otros colores y otras posibles nuevas intersecciones. En sí, es un diagrama para que cada persona analice sobre lo fundamental de una sociedad y sea consecuente con sus reflexiones. También, es muy interesante hacer este ejercicio en grupo, ya que se alienta el debate.
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