La Habana, 27 de agosto del 2018
"De este verano y algo más"
Mi querida Vicentita,
me comentas de la vorágine de ocupaciones que te arrasa el tiempo y que los días se consumen como si no hubieran transcurrido veinticuatro horas. No sabes cómo te comprendo, similar experiencia me sucede. Yo creo que esto es cosa de nosotras las mujeres que siempre llevamos como una mochila de asuntos pendientes de resolver o atender junto a otros que son proyectos, sueños o sencillamente pensamientos sobre las mil caras de la vida y de la gente. Unos visibles y otros sólo tienen vida en nuestras mentes, siempre viajando a través de la vida de los hijos, nietos, amistades, sociedad y país. Sin menoscabar para nada la integralidad de muchos hombres que comparten con sus compañeras, hombro con hombro, las ocupaciones del hogar, la familia y sus profesiones, yo no logro descifrar cuál es el misterio del por qué generalmente los veo tan tranquilos, sin esta ansiedad que nos envuelve a nosotras por resolverlo todo y ahora mismo si es posible.
A veces me he descubierto que el día ha concluido y se me han quedado muchos temas, hasta urgentes e importantes, que atender. Hace años emprendí un proceso de reeducación conmigo misma, con la intención de aminorar la marcha, reducir contenidos y tareas en mi vigilia y no te niego que he avanzado mucho. Al menos ya sé que existo, e intento respetarme el tiempecito que me destino. No obstante, debo confesarte muy sinceramente que avanzo a paso de elefante. Por ello te comprendo y en el imperio de la amistad verdadera no hay reclamos. Siempre hablo contigo, tengo cosas que contarte, de hecho, muchas, pero me falta el tiempo, el momento, la decisión de dejar algo para luego y evidenciarlas, escribírtelas. Vivo entre lecturas pendientes, visitas pendientes, relatos que quiero compartir contigo y otras amistades sobre lo cotidiano, recuerdos que me vienen a la mente de historias vividas, de la actualidad en mi país tan lleno de sueños y retos por vencer, hasta de episodios humorísticos que suceden en el quehacer de la resistencia compartida. Nada. Me controlo y planifico, lo que se puede planificar por dos, tres días, una semana y vuelvo a la cascada sin conciencia alguna. Ya decidí aceptarme, no hay remedio. Perdona la catarsis, pero creo que es una experiencia compartida entre muchas mujeres y bueno me das la oportunidad de franquearme como si hablara conmigo misma.
Te cuento que ya alcancé mis días de vacaciones de verano con muchas metas cumplidas, los programas docentes cumplidos, la participación en los tribunales, la asistencia a los claustros de profesores y bueno, simultaneando todo ello con la reconstrucción de mi apartamentico, que a decir verdad, cada día disfruto más por su privilegiada vista al mar, la entrada a la bahía de La Habana y los edificios que bordean al malecón habanero, vistos desde el este, o sea, del lado de acá del túnel de La Habana. Esto me abstrae y me reconforta. Me doy cuenta que abrazar este proyecto personal me renueva, creo que me reinvento cada día para vencerlo todo, porque construir cualquier objeto de obra en mi país continúa siendo una tarea retadora, como decimos en buen cubano de “choque”.
De este tema sí se podrían escribir innumerables tomos de las tragicomedias de la resistencia. Cuando tienes el ladrillo, el cemento y la arena se acabó el polvo de piedra, o cuando tienes todo esto, entonces te faltan las tuberías y si tienes las tuberías no encuentras los codos para conectarlas y así innumerables vicisitudes a resolver. En siete meses he pasado un curso superior de técnicas de construcción, incluidas las de comunicación para regatear precios y calidad de los materiales y enfrentar a los aprovechados. Nada fácil, pero no imposible. Qué sucede con este tema, como con otros.
Se ha sufrido un largo periodo de crisis económica, serias inclemencias meteorológicas, y las consecuencias, que no son pocas, y brutales impuestas por los vecinitos del norte. Todo ello, unido al déficit acumulado de no llegar anualmente al número de viviendas concluidas según la planificación, entre otros muchos factores, hace que hoy el tema de la construcción de viviendas no satisfaga la demanda cuantificada. En esta materia se está haciendo un enorme esfuerzo porque no sólo hay déficit en la producción de materiales, sino que la tecnología de la construcción y producción de materiales es mayormente obsoleta y aún muchas o más bien la mayor parte de las obras se realizan por medios artesanales. No obstante se han abierto muchas vías para facilitar la construcción por recursos propios, facilitando la adquisición de materiales a través de subsidios parciales o totales asumidos por el presupuesto del estado, préstamos bancarios con facilidades de pago y bajos intereses, como también la producción local de materiales, en los propios municipios, y se diversifica e incrementa la importación de insumos y medios técnicos. Pero aún todo ello es insuficiente, lo que se agrava cuando una y otra vez se construye y se tiene que reconstruir al año siguiente por el azote de los huracanes.
Algo tremendo son los vividores. Estos se colocan ante las ferreterías surtidas, sea en moneda nacional o en la divisa cubana, y compran lo que necesitan y hasta lo que no necesitaran nunca. Colapsan el suministro puesto en venta y salen a la calle a vender esos productos a un valor tres y cuatro veces superiores a los precios de venta al consumidor. Es complejo el tema y tiene varias aristas, pero se le está dando una buena sacudida para que la producción, la compra y venta de materiales vaya por los caminos de la legalidad.
Sin embargo, tengo que decirte con regocijo infinito que las zonas tan brutalmente azotadas por el huracán Irma como Imías, Baracora, Santiago de Cuba, Holguín, Santa Clara y su magnífico cayerío se han recuperado gracias a los esfuerzos del gobierno, de la población directamente afectada y no afectada que aportó su grano de arena. Hoy son ciudades y comunidades más bellas y engalanadas que antes de los desastres. En estas se ha priorizado por encima de todo a las familias que habían quedaron sin viviendas, y hoy se acerca al 90% de las viviendas total o parcialmente construidas. Bueno, somos una isla de ciclones. Yo creo que entre este factor geográfico y el del mestizaje que llevamos en la sangre es que aquí estamos. Estamos en una batalla perenne. Hoy se vence una página y de la nada se forma otro reto por vencer. Cuando no nos prueban el carácter las condiciones geopolíticas, nos los prueban las inclemencias meteorológicas fruto de los efectos de los cambios climáticos y demás.
Leí tu carta “Cuando los colores eran de verdad”. Es un tema alarmante, serio y que tiene en su génesis los intereses del capital. El negocio de Monsanto es fabuloso. Es un emporio que ofrece las semillas, los transgénicos, los herbicidas y fertilizantes cuya meta es la producción de alimentos intensiva, de rápida cosecha artificial y alejada de los ritmos de los ecosistemas, los que lógicamente no sólo produce degradación de los suelos sino de la salud de los consumidores, pero entonces aparece con los medicamentos para supuestamente “curar” los males que ellos mismos ocasionan. Creo que has tocado el tema con una profunda observación y desgarrador análisis. En el centro de esta filosofía, además del afán de lucro, fácil y a corto plazo, se nos presenta como un paso más del alejamiento e irrespeto a la tierra, a la vida en todas sus formas, porque todos esos químicos contaminan las aguas y el entorno natural de las comunidades rurales y urbanas.
Hace un tiempo atrás asistí a una conferencia del exministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Choquehuanca, pensando que iba a hablar de política exterior boliviana y resultó que este hombre estuvo conversando de forma pausada, serena y convincente de las relaciones de los pueblos originarios con la naturaleza, de cómo hombre, naturaleza y cosmos constituyen una unidad de vida y de la necesidad de armonizar en esos ámbitos para evitar el desequilibrio de la vida en todas sus formas, hombre, animal, vegetal. También del distanciamiento cada vez mayor de los hombres de su entorno natural. Habló de la cultura de los pueblos originarios de su país y Suramérica y sus palabras comunicaban sabios y necesarios contenidos políticos ricos de conceptos fraternales e integracionistas y de la soñada complementación económica sur-sur. En su voz no hubo altisonancias, ni gestos bruscos, ni signos de ira, ni odio, ni de revancha. Hizo un análisis filosófico, yo diría marxista, en el que reconocía con absoluta objetividad la existencia de un orden económico desigual, la explotación milenaria de los pueblos indígenas por las invasiones colonizadoras, de los excluidos, los hambrientos y de la concentración de capital, de Monsanto por cierto y otros tantos. Del contraste entre lo superfluo y lo esencial y cómo los intereses capitalistas, neoliberales e imperiales nos llevan a no identificar lo esencial, cómo nos conducen como menores de edad a buscar la envoltura y no el contenido y así. Te digo que fue una experiencia extraordinaria.
Cuba trabaja por los Objetivos del Desarrollo Sostenible acordado por las Naciones Unidas para el año 2030 lo que conjuga con el Plan de Desarrollo estratégico del país para el propio año del cual se deriva el “Plan VIDA”. En él se integran esfuerzos de la ciencia, sociedad y gobierno con el objetivo de neutralizar o aminorar el impacto ambiental por los cambios climatológicos. Es un pasaporte a la vida, a la custodia de la fauna, flora, recursos hídricos y energéticos para el hombre y las futuras generaciones desde el sur. No te niego que este tema me entusiasma, pero te amplío en mi próxima carta para comentarte con más espacio y en detalles sobre su contenido y alcance porque no quiero terminar estas líneas sin contarte algo más de este caliente verano.
Por estos meses también se han conmemorado fechas históricas relevantes que han permitido la recordación y homenaje a los mártires y sobrevivientes del Asalto al Cuartel Moncada. Se les rindió tributo a los grandes de la historia patria, Martí, Maceo, Céspedes y Fidel y en verdad han sido momentos emotivos que han propiciado refrescar la memoria y honrar a esos símbolos de la historia de Cuba.
Y en este tiempo las comparsas y los carnavales han ganado nuevamente el corazón de un amplio público que aprovecha para mover el esqueleto y arrollar detrás de la tumbadora*(1), el cornetín y las carrozas, según la región sede. Se rescatan fiestas y andares legendarios y populares de pueblos y ciudades. Los habaneros contaron con la visita del salsero portorriqueño Gilberto Santarosa quien le rindió homenaje a la música cubana y a un público que le siguió hasta altas horas de la madrugada en el malecón habanero. También estuvo por acá Manzaneros y Paola Pausini. Sí, las ofertas culturales y turísticas continúan ganando nuevos espacios. Varias compañías turísticas cubanas y de capital o gerencias mixtas habilitaron tarifas especiales para el turismo nacional. Hay un ambiente en el que predomina la alegría, el sano disfrute y la tranquilidad ciudadana.
Eso sí andamos todos húmedos, mayormente empapados en sudor, con un sol que raja las piedras, pero seguimos haciendo nuestra la calle. Aquí hay una frase que me gusta mucho, lo cubanos solemos llamar al sol, el indio. Entonces mis vecinos, que me ven partir pasadas las nueve de la mañana para mi piscina natural de rocas puntiagudas y aguas transparentes, la que ya compartimos con el resto de los amigos catalanes, me cuestionan desde sus balcones, ¡pero cómo te vas tan tarde hoy! ¡el indio amaneció bravo, pero bravo en verdad!, ¡“el indio está echando candela”!. Tranquilos que regreso en una hora, les contesto una y otra vez.
Bueno te reitero que hay un buen ambiente, de disfrute en familias, variadas opciones para diferentes bolsillos, gustos y edades. No todo es perfecto, el transporte por ejemplo no da abasto, pero las ofertas nunca antes han sido tan amplias, variadas y a costos más asequibles a mayores sectores de la población.
Me despido por ahora con la firme promesa de contarte pronto sobre el Plan Vida y otros temas que están en el tapete, que nos ocupan para continuar en el camino ascendente de desarrollo y disfrute de la vida misma.
Un inmenso abrazo,
La Habanera
*(1).-Tumbadora. También denominado “bongó”, es un instrumento musical de percusión, procedente del Caribe, que consiste en un tubo de madera cubierto en su extremo superior por un cuero bien tenso y descubierto en la parte inferior.
*(1).-Tumbadora. También denominado “bongó”, es un instrumento musical de percusión, procedente del Caribe, que consiste en un tubo de madera cubierto en su extremo superior por un cuero bien tenso y descubierto en la parte inferior.
(*)Tengo algo que contarte. Correspondencia entre dos mujeres es una relación epistolar entre una mujer de La Habana y otra de Salt (Girona). La publicación de estas cartas se realiza con el permiso de ellas mismas que han confiando en La Guerrilla Comunicacional su publicación.
Si es la primera carta que lees puede ser que te interese leer otras cartas ya publicadas. En el menú de la derecha podrás encontrar todas las cartas publicadas. O si lo prefieres, puedes empezar desde el inicio en los enlaces que tienes a continuación:
Prólogo: Prólogo
Carta 1ª: Carta nº 1
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