Pisar el freno y relentizar las idas y venidas apresuradas de nuestro día a día para poder contemplar y analizar en silencio lo que nos rodea es una tarea imprescindible para una misma. Pero preocupada caminando entre los vocablos escucharnos y oirnos pienso cuántas veces hemos callado a quien intentaba explicarnos algo interrumpiéndola con nuestra opinión sobre ese mismo tema, acallando así sus palabras. Hay males contagiosos entre los humanos que nos distancian cada vez más, y uno de ellos es el no saber escuchar, porque en la gran mayoría de las ocasiones solo mantenemos la actitud de oir.
Es sorprendente si analizamos la situación en la que muchos de nosotros nos hemos visto obligados a dejar de trabajar para pasar a formar parte de los llamados ERTOs, un periodo de precariedad económica al que se han visto afectadas tantas familias. Todos sabemos que mientras el gobierno ha otorgado ayudas económicas a las empresas durante este periodo nosotros hemos sido obligados a dejar nuestros trabajos y las empresas han dejado de pagar las cuotas a la seguridad social en un 100% inicialmente, pero en cambio los trabajadores han visto reducido su salario habitual en un 30%. En este mismo momento el gobierno tenía que haber ampliado las medidas de ayuda: primero para garantizar el 100% de los salarios y en segundo lugar exhonerando de los pagos de los recibos de luz, agua, gas, teléfono, etc. Y ¿por qué no se lo han planteado? Será porque las empresas encargadas de suministrarnos estos servicios básicos son privadas y muy influyentes, o bién será porque los políticos pensantes no pagan dichos servicios básicos, como me decían de pequeña "cuando te pongas en el lugar de la otra persona serás capáz de entederla". Entonces quizás en este momento podríamos pensar que si estos servicios básicos hubieran sido públicos y no privados, es decir gestionados directamente por el Estado habría sido más fácil todo. Por eso, ahora, podríamos estar de acuerdo con aquellos que pensábamos que eran unos locos cuando pedían a voces que estos servicios esenciales para una vida digna fueran públicos y no privados.
La sanidad pública tiene que ser una garantía universal, por y para toda la población, no nos dejemos comprar a cualquier precio, nos están vendiendo la moto con los anuncios publicitarios de la compañías privadas de servicios médicos que se anuncian cada vez más en las diferentes cadenas televisivas, haciéndonos creer que son ellos los que velarán por nuestra salud y la de los nuestros. Tengamos presente que aunque contratemos este tipo de servicios médicos a una compañía privada esta será aun más precaria que la pública, porque ante una enfermedad larga que comporte un tratamiento prolongado, seguramente este estará limitado en el tiempo y te dejarán abandonado o precariamente atendido llegado el momento. Por eso nuestra lucha está en defender una sanidad pública, universal y que garantice una sociedad saludable.
Escucharnos. Escuchar. Para pensar con más criterio y luchar con más argumentos por el mundo que soñamos.
Lola López
La Guerrilla Comunicacional
No hay comentarios:
Publicar un comentario