jueves, 15 de noviembre de 2018

TENGO ALGO QUE CONTARTE (29)

Correspondencia entre dos mujeres.

La Habana, 15 de noviembre del 2018



"El bloqueo es dolor"

Vicentita, amiga mía:

Me atrevo a modificar nuestro protocolo de carta y respuesta por la urgencia que siento de compartir contigo y nuestros amigos lo que ha sucedido en estos días en la XXVII Asamblea General de las Naciones Unidas, ocasión en la que se discutió y aprobó la Resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba”, lo que se ha venido aprobando durante veintisiete años consecutivos.

Antes, te comento que el bloqueo que condena Cuba cuenta con casi 60 años de antigüedad. Está identificado como el bloqueo más extenso e intenso aplicado a nación alguna en la historia de la humanidad.

Vaya que mérito y a qué costo de sufrimiento, penurias y resistencia ha debido enfrentar la población cubana para no ceder ante el chantaje.

Desde su propia formulación, los Estados Unidos de América declararon abierta y públicamente el objetivo de rendir por hambre a la población cubana y así lograr su renuncia a la soberanía e independencia como país y al derecho a construir el socialismo por soberana y democrática elección.




Ha sido tan largo, doloroso, indigno, avasallador lo que los Estados Unidos ha impuesto a los cubanos. Sólo la resistencia de este pueblo y la sabia administración de los escasos recursos con los que se ha contado para la satisfacción de las necesidades esenciales para una vida digna, el mantenimiento de una política social justa y el desarrollo de los aspectos sustanciales, ha permitido que el país haya avanzado en los índices de desarrollo humano y no se haya fragmentado la nación. Retos y peligros se han debido enfrentar abundantemente.

Vale la pena hablar algo de cómo se vive el bloqueo en la vida cotidiana de los hombres, mujeres y niños cubanos.

Cuba es un país de economía abierta, dependiente de las fluctuaciones del mercado internacional y lo sigue siendo, muy a pesar de los avances obtenidos en el sector de los servicios médicos, la biotecnología, la farmacología, el turismo, además de los tradicionales productos de exportación como el tabaco, ron, mieles etc. y otros que comienzan paulatinamente a obtener ingresos crecientes.

No obstante a ello se vive con un presupuesto ajustado, acorde a los vaivenes del mercado internacional y de los afectados niveles de productividad de nuestro propio desarrollo económico.

Imagínate que hay poco presupuesto para la adquisición de alimentos y estos se encarecen porque hay que irlos a comprar a mercados lejanos, a veces, muy lejanos de la isla porque no se pueden comprar en los Estados Unidos, ni en sus filiales radicadas en terceros países cercanos a Cuba, ya que no sólo se prohíbe importar productos desde el territorio norteamericano, sino desde otros países.

Esto afecta los volúmenes de compras, lo que a su vez afecta el consumo de la población.

Te digo el de los alimentos, por poner un ejemplo, pero sucede de igual forma con los insumos para la industria farmacéutica, el sector de la salud, la educación, los medios para echar andar una industria o para la reparación y puesta en marcha de equipos descompuestos de cualquier sector de la economía.




A ello súmale que las relaciones comerciales a nivel global se desarrollan a través de créditos bancarios, pero a Cuba las regulaciones impuestas desde los Estados Unidos le impiden o limitan sus transacciones bancarias, no sólo recibir créditos, sino que en muchos casos obliga el pago en efectivo en moneda libremente convertible, lo que es en absoluto una anomalía diseñada en exclusivo para la isla y complica las relaciones financieras y comerciales.

El bloqueo también limita la capacidad exportadora de los cubanos porque las empresas que comercian con Cuba aparecen en un listado de comercio de alto riesgo, a lo que se agrega otras medidas tales como la prohibición de las importaciones o consumo de aceros con contenido del níquel cubano lo que es sancionado por la nación norteña.

Los barcos que toquen puerto cubano no pueden durante un número de años tocar puertos norteamericanos y otros sufren sanciones más largas lo que limita el acceso numerosas compañías navieras a puertos del país.

La persecución comercial ha provocado, en infinidad de ocasiones, que después de pactada una compra de equipos médicos especializados de tecnología de vanguardia, de elevadísimo costo, por poner un ejemplo de los tantos nefastos eventos de este tipo, han sido frustradas a última hora por la aplicación o amenazas de sanciones, por parte del gobierno norteamericano, a la empresa extranjera proveedora. Y esto se traduce en un servicio que se cierra o una producción que se afecta de beneficio a la población.

En muchas ocasiones el bloqueo ha tomado el rostro de un suero citostático para la sala infantil de oncología, o la falta de un alimento endogástrico para un paciente que no puede alimentarse de forma normal, una pieza de repuesto para un equipo de resonancia magnética comprada a una compañía que más tarde por presiones canceló el contrato y no puede el proveedor original garantizarla, en el vacío de los suministros de leche para lactantes, o del pollo pactado que no llega al puerto, o en algo tan simple como la ausencia de las aspirinas de 80mg. de la Bayer para los pacientes cardiacos.

La ansiedad y angustia sostenida que esta lucha contra lo imposible genera tiene un costo intangible, invisible, porque es como vivir a lado de un vecino que tiene el mejor apartamento desde donde controla la entrada de la electricidad, el agua y los abastecimientos para la familia. Vives en estado de alerta permanente.




Sobre estos lamentables hechos se pudieran llenar cientos, miles de cuartillas e infinitamente mayor serían las que se pudieran llenar con las tragedias humanas que detrás de ellas se encuentran ocultas, a veces anónimas, calladas, custodiadas en el alma de muchas madres, niños, en sueños desvanecidos por las duras condiciones de orden material, proyectos de vida sesgados por la mano oculta de un criminal en acecho, vestido en la escasez material.

Este bregar de resistencia lo han enfrentado muchos ciudadanos cubanos conscientes de lo que se defiende, con sencillez, cumpliendo con su tarea a toda costa. Saliendo para el trabajo con una taza de café, y en búsqueda de un transporte que le permita llegar a su centro laboral, merendando, más que comiendo y enfrentando con creatividad las dificultades de suministros para garantizar que el contenido de su labor específica salga adelante. Así ha reaccionado la inmensa mayoría de los cubanos.

No obstante, otro sector de la población, víctima de la desesperanza y la supuesta desesperación económica, saltaron a la emigración ilegal y salieron del país en balsas o embarcaciones en mal estado, porque el gobierno de los Estados Unidos contribuye eficientemente con la escasez, con la desesperanza y ha estimulado por décadas la emigración ilegal para recibir a los ilegales como héroes. Estos fueron hábilmente utilizados como punta de lanza para las campañas mediáticas, mientras lo que han querido emigrar de manera ordenada sufren el incumplimiento de los acuerdos migratorios firmados.

Muy a pesar de todas estas penurias materiales enfrentadas, el país ha logrado quimeras de calidad de vida para los pueblos del sur y en vías de desarrollo.




En la actualidad las muchas dificultades continúan y el componente fundamental es el bloqueo. Se han cometido errores en la dirección económica ampliamente analizados por la población y el gobierno que no se dejan de reconocer, pero hasta estos, en cierta medida, forman parte del impacto de la política de acoso. De qué manera se puede pensar, elaborar, diseñar y trabajar con holgura, si tienes que estar permanentemente cuidándote de un nuevo golpe, de una nueva artimaña “made in USA”.

El desarrollo de una política social custodiada y defendida coherentemente ha permitido que el país haya avanzado a niveles competitivos en temas tales como la educación, la salud pública, el deporte, el arte, la cultura, la investigación científica todo lo cual ha dignificado la vida de los hombres y mujeres cubanos.

A la par, se ha avanzado mucho en materia de derechos humanos, en la democracia participativa, en el derecho al trabajo, a la igualdad de la mujer, en el derecho a la infancia, a la seguridad social, a la ancianidad. Los niños ocupan el centro de la vida de la sociedad.

El bloqueo por su brutalidad podía haber causado anarquía, violencia y desamparo, pero no, aquí existe seguridad ciudadana y la conducción de un gobierno que se esmera en el perfeccionamiento de las instituciones y en el respeto a legalidad.

Nada ha sido, ni es color de rosa. Se han venido realizando muchas transformaciones de orden económico, entre ellas el reconocimiento a la propiedad privada, no contemplada inicialmente en el proyecto socialista cubano, como se ha avanzado en los últimos veinte años en la industria turística. Hoy una importante fuente de ingreso, que no estuvo identificada como tal hasta hace dos décadas previendo efectos indeseados que puede tener en el hombre y la naturaleza.




La política de bloqueo tampoco contó con la capacidad creativa de los cubanos. En Cuba todo tiene solución, lo mismo una pieza de repuesto de la fábrica de níquel, que un automóvil de los años 50 o 60 del siglo pasado, que la elaboración casera de una salsa china, que el aporte de numerosas recetas y platos novedosos en función de cocinar con lo que se tiene y no con lo que lleva. También se cuenta con una agricultura urbana, fruto de la necesidad, pero que ha devenido en una nueva oferta de frutas y vegetales orgánicos al alcance de la mano.

En fin, todo, o casi todo, por no ser absoluto, tiene solución, pero además ricamente condimentado con la carcajada más espléndida y ruidosa característica del oído humano. El cubano se ríe de sus propias dificultades, por momentos dramáticas dificultades, pero casi siempre se saca la parte jocosa a la situación.

Con este resultado tampoco contaba la política de bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos.

Para colmo de los colmos, como para cumplir aquel refrán que dice ”no quieres caldo y te doy tres tazas” está el hecho que el prestigio internacional ganado por Cuba en sus relaciones con la comunidad internacional, entre otras razones, por su transparencia, honestidad y solidaridad, hoy con el apoyo abrumadoramente mayoritario del concierto de naciones.

Los Estados Unidos sólo cuentan con el apoyo de Israel y los restantes 189 países miembros de las Naciones Unidas han patentizado en veintisiete ocasiones su apoyo a Cuba.




Es vergonzoso, pero en realidad mucho, mucho más, es peligrosa la conducta imperial del estado más poderoso del mundo que no escucha, no atiende las voces de sus aliados, amigos y demás países del coro de las naciones y pasa una y otra vez por encima de los pueblos y gobiernos.

No deja de ser preocupante porque para el gobierno USA, el mundo está equivocado.

La prepotencia envilece, acorta la inteligencia y objetividad de las políticas de este imperio que se considera con un mandato de Dios “el llevar la paz y la cordura” a punta de bayoneta en manos y haciendo uso de preponderancia militar.

El discurso del canciller Bruno Rodríguez Parrilla en la XXVII Asamblea General de las Naciones Unidas dio claras muestras que los cubanos conocen, como bien vaticinó Martí, “el norte revuelto y brutal que nos desprecia”. Aquí se vive tranquilo y se quiere bien, se aprecia y respeta a los pueblos y gobiernos que han acompañado a Cuba en estos duros años.

El bloqueo ha podido parar barcos, suministros, financiamientos, complicar la cotidianidad, pero no ha podido apagar la esperanza, ni la alegría de un pueblo que mayoritariamente no pacta con sus verdugos.

Un inmenso abrazo,

La Habanera.



(*)Tengo algo que contarte. Correspondencia entre dos mujeres es una relación epistolar entre una mujer de La Habana y otra de Salt (Girona). La publicación de estas cartas se realiza con el permiso de ellas mismas que han confiando en La Guerrilla Comunicacional su publicación.

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